Thursday, October 26, 2006

Regal per a la Maite

Si la vida fos maduixa
tots els dies serien dimarts.
Quan és bo deixar de riure?
Quan podem començar a plorar?
Qui trena les nostres històries?
Qui segella el nostre final?
Si sabéssim
si intuíssim
si no naixéssim cecs del tot.
Què fàcil seria no equivocar-se
què fàcil no tenir por
Però...
Si la vida fos maduixa
tots els dies serien dimarts.


Lisi Prats

Monday, October 23, 2006

Demiurgo

-Un céntimo por tus pensamientos
Demiurgo sonrió.
-Mis pensamientos valen mucho más que eso, Lisi.
-Lo sé.
Estábamos en el estudio de Demiurgo, rodeados de sus bocetos. Sombras de lo que mañana
serían personajes que poblarían mundos extraordinadinarios.
-Entonces, ¿dime en qué piensas?-Insistí.
-En ti.
Me puse nerviosa. No sabía lo que había querido decir. Seguro que pensaba que no era digna de estar en su Taller, en su Sala de Ensayos de la humanidad. Me levanté de la silla y me acerqué al gran ventanal que iluminaba todo el estudio.
En la calle los habitantes de Cualquier Lugar paseaban tranquilos. Algunos se atrevían a levantar la vista hacia el ventanal del Creador, pero eran pocos. La mayoría prefería seguir con sus inventadas, o descubiertas, vidas sin adivinar qué era lo que Demiurgo les deparaba.
¿Qué estaba haciendo? ¿Cómo me atrevía a adentrarme en parajes que otros evitaban incluso intuir?
Miré de nuevo a Demiurgo.
Estaba dibujando, no quise ver qué. No debía importarme. Aunque me importaba...
-Bueno, me voy.
Él no levantó la vista del boceto en el que trabajaba.
-¿A qué has venido, Lisi?-Me preguntó cuando estaba a punto de cruzar la puerta.
Titubeé...
¿Qué debía decirle? ¿A qué había ido a su Despacho? ¿ Qué contarle a alguien que lo sabe prácticamente todo? ¿Que siempre va un paso por delante de ti porque trenza los hilos de las historias?
-No lo sé. Perdóname.
Salí corriendo del Taller. Corrí durante mucho rato, doblé esquinas, me salté semáforos en rojo, esquivé peatones que tan sólo paseaban. Lo perdí todo de vista y lo volví a recuperar cuando me sentí demasiado cansada. Estaba delante de mi casa. No tenía ni idea de como había llegado hasta allí. Abrí la puerta. Un olor familiar se acercó hasta mi, bailando al son de mis esperanzas.
-¿Eneas?- Susurré
Me encontró en el recibidor, paralizada.
-Hola cariño. ¿Qué tal te ha ido el día?-Me dió un beso y yo sentí que se me volvía a nublar la vista. El rostro de Demiurgo se me apareció, inmeso.
-¿A qué has venido?

Esta mañana me he despertado en mi cama, con la luz del sol acariciando mis párpados. He sonreído, por dentro y por fuera, y he sabido qué andaba buscando. Un futuro.

Monday, October 16, 2006

Herida de letras

Ayer soñé que volvía a Pemberley. Recorría sus salones, admiraba los retratos de la família y charlaba con mi amiga Elisabeth. Ayer recordé que había vagado por las Cumbres Borrascosas, viendo como Heathcliff buscaba ciego de ira a Catherine. Vi como me había escondido en una de las barricadas francesas, mientras Eponine daba su vida por Marius. He robado para Faggin, bailado al son de la música del seguicio de Titánia y olvidado al Rey Gudú.
He llorado por la miseria de Colometa y reído porque Bridget estaba simplemente tan loca como yo. He menguado para ir a buscar el Monte del Destino, porque un viejo sabio me había dicho que era allí dónde debía tirar un anillo que parecía ser único. No me ha quedado más que batirme unas veces y otras he mermado bajo el poder del Gran Hermano.
Me he vengado por los años que aquellos desgraciados encerraron a Edmundo en el Castillo de If. Y, por qué no, también he sido la incestuosa madre de Edipo y he soportado el Tormento de un pasado poco honroso.
He hecho magia siendo huérfano y cegato. Me he aburrido escuchando a Werther en su interminable búsqueda de lo imposible y de igual forma he odiado a la consentida Emma Bovary. He comprendido que Romeo y Julieta tan sólo eran niños, que Blanca y Saïd ni siquiera hoy podrían estar juntos y que Julián Carax, como tantos otros, seguirá vivo mientras haya quien se alimente de la tinta, a la Sombra del Viento.
Con esto, no quiero decir nada más que lo que digo... Quien me haya entendido que sea bienvenido a ésta mitad de mi vida. Quien no... Que no desespere... Tan sólo era una idea.